Ei, tú. Sí, sí, tú. Tú que estás mirando
este texto de refilón como si contigo no fuera la cosa. Tú que te esfuerzas
cada día por ser doña perfecta. Tú, que te has acostumbrado a tener una mente
charlatana. Tú, que si te equivocas piensas que tu mundo se tambalea. Tú que te
martirizas por cada error cometido. Tú, a quien le importa más la opinión de
los demás que la tuya propia.
¿Realmente quieres saber lo que significa
ser perfecta? Bien, sólo te lo contaré con una condición: esfuérzate día a día
en serlo, tal y como te estás esforzando ahora. Pero eso sí, después de conocer
el secreto, hazlo desde otra óptica, con otra mirada.
Pues allá voy: Ser perfecta es reír
hasta que te duela la barriga una noche improvisada con tus amigos. Ser
perfecta es aceptar tus errores y aprender de cada uno de ellos. Ser perfecta
son esos saltos en la cama un domingo cualquiera. Ser perfecta es moverte como
las olas del mar, sin miedo y con fuerza. Ser perfecta es comerte aquel dulce
que tanto te gusta y saborearlo hasta decir ¡basta!. Ser perfecta es disfrutar
de esos paseos que no llevan a ninguna parte. Ser perfecta es llorar y reír al
mismo tiempo. Ser perfecta es no pensar
en nada y dejarte sentir. Ser perfecta es no tener miedo a fallar. Ser perfecta
significa que tu opinión sea la más importante.
Ser perfecta es ser, sencillamente
imperfecta.
Bien, y ahora que ya sabes lo que significa
ser perfecta ¿te seguirás esforzando como hasta ahora?
Firmado: una chica imperfecta.